lunes, 2 de febrero de 2009

24/Jul: Fonfría - Calvor

Despertamos en la cálida y acogedora palloza-albergue de Fonfría, y entre hacer unas fotos, colocar los macutos y desayunar, empezamos el pateo sobre las 8:30.
Amanece nublado pero salimos esperanzadas en que tengamos mejor tiempo, con buen ánimo y muchas ganas.

Antes de llegar a Triacastela conocemos a unas chicas italianas, admiramos silenciosas el castaño centenario de Ramil con el que posamos para inmortalizar el momento, y conocemos a un simpático lugareño vendiendo bastones, que nos indica cómo debemos llevar nuestros bordones. Al llegar entramos en la Iglesia de Santiago, cruzando el cementerio que hizo estremecer a mi compañera, y nos sella el párroco que se ve tenía ganas de hablar con nosotras.

Hacemos una parada para comer algo dentro de la marquesina para autobuses, dado que empezó a llover con más ganas, y al salir del pueblo y después de acariciar un pastor alemán tomamos rumbo Sarria por la variante de San Xil. Nada más retomar el Camino, el tiempo nos obligó a usar -y estrenar- por primera vez los chubasqueros dado que no parecía que fuera a dar tregua la lluvia.

Apenas llueve diez minutos -aunque con intensidad-, y enseguida vuelve a brillar un sol radiante que nos deja vislumbrar todo el bosque y la frondosidad que tenemos frente a nosotras. A nuestro lado iban a aparecer parte del grupo de catalanes, bilbaínos, madrileños y hasta una holandesa que conocimos en la subida a O Cebreiro.

Cediendo mi bastón de senderismo sin usar -que no bordón- a Patricia, una chica de Bilbao que acababa de salir de una lesión de rodilla, seguimos avanzando hasta que paramos a comer unos bocatas en una carretera muerta, en medio de risas, chistes y comparaciones entre ciudades españolas con una tonalidad irónica y burlona, nunca ofensiva, que a más de uno nos hace atragantar el bocadillo por la risa que nos provoca. Alicia y yo -después de nombrar la ciudad donde vivimos- quedamos bautizadas por el grupo como "Las Supremas".

Después de comer, y antes que ellos terminarán, nosotras tomamos mínima delantera y seguimos por nuestra cuenta con una alegría como el mismo sol que al principio de la jornada nos intentó dar la espalda. En la aldea de Fontearcuda una buena mujer nos llena la cantimplora de agua fresca en su corral y en Furela hacemos un alto para saludar a Montse, una barcelonesa que conocimos el día anterior a nuestra llegada al albergue de Fonfría.

La intención era llegar a Sarria, pero Ali se queja del tobillo y decidimos acabar la jornada en Calvor, donde antes de que llegáramos nos enamoramos de un pequeño bosque, que parecía estar encantado, que cruza por medio del Camino. Sabia decisión la nuestra pues Alicia tenía el tobillo hinchado y fue lo mejor que pudimos hacer.


Resumen del día:

Iglesia de Fonfría Poco antes de alcanzar Triacastela
En el centenario castaño de Ramil
Iglesia de Santiago y Cementerio de Triacastela Dejamos atrás Triacastela, rumbo San Xil

Camino entre hermosos bosques encantados Aldea de Fontearcuda, donde nos dieron agua Entramos en el término municipal de Sarria

2 comentarios:

  1. Hola, que bonito viaje que os habeis pegado... bueno, me paso por aquí como una viajera más, la verdad es que visitando distintos blogs dí con este, y como dice que eres de Santiago, me pareció gracioso, porque yo también lo soy, pero de un Santiago más lejano, que queda en América Latina, en Chile.

    Lindas fotos, espero que sigas pasandolo así de bien... se despide una chica de un lugar muy, muy lejano... ;)

    Yulymai

    ResponderEliminar
  2. Hola Silence.

    Muchas gracias por visitar mi blog. No sabia que tenias tu tambien uno. Le he estado hechando un vistazo y esta muy bien, ya tengo cosas nuevas que leer, jeje.

    En cuanto pueda te enlazo yo tambien en mi blog.
    Un saludo

    ResponderEliminar